martes, 29 de mayo de 2012

EFECTO INVERNADERO

Dicen que el mundo va a sufrir las consecuencias del efecto invernadero. Ese efecto es similar al que se reproduce dentro de un invernadero como el de la foto, solo que en vez de plástico, la atmósfera de la tierra queda envuelta por un manto gaseoso compuesto de dióxido de carbono, metano, clorofluorocarbonos y otros gases graciosos retienen parte del calor que refracta la tierra y que debería salir al espacio exterior. Estos gases se generan con la intervención humana, que se dedica entre otros asuntos relacionados con el tema, a la fabricación de plásticos para invernaderos… mira por dónde.

Dentro de los invernaderos, las fresas crecen en un ambiente favorable siempre que estén debidamente irrigadas y se las recoja en el momento adecuado, pero a nosotros no nos va recoger nadie, no está claro que vayamos a tener el agua potable asegurada, y en cambio puede que nos hartemos de agua salada por eso de que los polos se están derritiendo y está subiendo el nivel del mar.

Volviendo a las fresas, hasta hace poco las recogían jornaleros originarios de países del este o africanos, por eso de que los trabajadores locales se volcaron en el ladrillo y decidieron que las fresas sólo las querían ver en el supermercado, esas que comprarían estirando las abultadas hipotecas que pidieron aprovechando el boom inmobiliario, hipotecas que eran en principio para comprar el adosado, pero con las que ya puestos, también compraron el Audi, hicieron la piscina y se fueron de viaje al Caribe. Pero se acabó el ladrillo, les salió el cemento por la culata, y los trabajadores locales se han visto obligados a volver a la fresa entrando en conflicto con los que ocuparon sus puestos cuando se marcharon.

Mas, ahora resulta que entra en liza un nuevo competidor parido por unos avispados cerebritos, una máquina robotizada que recoge las fresas en un plis plás y con un coste inferior al que requiere la contratación de jornaleros, que ya de por si cobraban poco, de manera que ahora sobrarán la mayoría de ellos, ya sean de los países del este, africanos o de Lepe.

La maquinita fresera de los cojones, una especie de Jornaleitor sin escrúpulos, recogerá miles de fresas cagando leches e inundará las fruterías de los supermercados de allende los mares, pero a los jornaleros no los recogerá nadie, tendrán que salir a la fuerza del invernadero de plástico que les daba de comer, y en cambio, no podrán salir del invernadero gaseoso que nos envuelve a todos y nos cocerá a fuego lento, así que me pregunto ¿para qué producir tantas fresas si al final, entre una cosa y otra, no va a quedar nadie que pueda consumirlas?

Al ser humano no hay dios que lo entienda ni madre que lo aguante.


3 comentarios:

  1. Se me acaba de atragantar la fresa que me estaba comiendo... un saludo desde debajo de una sombrilla.

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  2. ¡Qué especie somos!
    ¿Quién nos habrá sembrado aquí?
    Este era un lugar perfecto hasta que llegamos nosotros.

    No hay nada que temer... Es la simple evolución del río en su discurrir hacia el precipicio.
    Nosotros nos lo hemos buscado.
    Aquellas películas apocalípticas como "The road" simplemente nos avisan de lo que va a venir queramos o no.

    Nos quedan cuatro días...

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  3. Echa un vistazo.
    Se me ha revuelto el estómago.

    http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=Ai3IKO_afqs#!

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